La miro y mi mente comienza a viajar por momentos oscuros de mi vida con ella.
En un intento desesperado busco momentos agradables que puedan aplacar el dolor y el enojo que comienzan a salir; y no los encuentro.
Me centro en mi observador, desapegándome de todo sentimiento e intento ver las escenas de mi vida , con ella, sin juzgar y sin condenar.
El narcisismo es un trastorno que le quita a la persona la noción absoluta de la “ responsabilidad y el impacto” de sus acciones hacia las personas que la rodean.
Ellas son víctimas eternas y no hay nada ni nadie que pueda satisfacerlas.
Su vinculación con sus seres queridos son a través de un tejido de manipulación,coerción y violencia,apaciguada con una alegría momentánea, fruto de una victoria al obtener de alguien cercano lo que quería o deseaba.
Las personas con este trastorno no son felices y su niño interior está aterrorizado, desvalorizado y abandonado. Su mente oscurece por los pensamientos y su corazón se oprime por sus sentimientos.
Ella vivió una vida creyendo que la vida era como la vivó, sin darse la oportunidad de experimentarla tal cual es.
No supo o no pudo ser resiliente.
Los narcisistas no saben o no pueden ser resilientes.
Ellos se creen grandes guerreros.
Los guerreros luchan, pelean, sobreviven, pero no se transforman , al contrario, se endurecen y se estacan en posiciones que para ellos son inalterables.
Los narcisistas son hijos, son padres, madres, son esposos, esposas, vecinos, amigos.
Todos aquellos que formamos parte de su núcleo cercano fuimos avasallados, censurados, criticados, humillados, lastimados y hasta privados de la libertad en todos los sentidos.
Sin embargo la presencia de un narcisista en nuestras vidas obra verdaderos milagros. Puede transformarse en
un gran maestro siempre y cuando tomamos el camino del autoconocimiento, de la conexión con Dios presente y el perdón.
Cuando somos capaces de desarrollar la empatía, comprendemos que esa mamá, o ese hijo, o esa pareja fue con nosotros lo que internamente son con ellos mismos.
En el narcisista no hay capacidad genuina de amar. Solo hay pánico .
La miro y detrás de sus arrugas
de su mente a veces pérdida,
de su incapacidad de hacerse cargo de sus acciones,
veo una nena llena de pánico, decepcionada, porque la vida la lleno de abandonos. Lo que ella nunca pudo aceptar que la única responsable de los abandonos que vivió fue ella misma.
Gracias a vos aprendí amarme y gracias a amarme puedo amar.
Fuiste y serás mi gran Maestra… ahora entiendo porque te elegí
Andrea Sara.